martes, 27 de enero de 2009


Esto no es un cuento de hadas
Desde muy pequeña mi vida era como un cuento de hadas, disfraces, viajes a Disney, todo de princesa, era perfecto.
Mi madre quería que lograra su sueño frustrado de ser bailarina de ballet, y yo, como una niña de tres años, en verdad no podía negarme.
Ahí empezó todo, cada día exigiéndome más, se volvía neurótica, no parecía ella. Me trataba como si tuviera veinte años, ya no podía jugar, ya no tenía más amigas, no tenia viajes, nada. Era como si mi niñez se esfumara cada vez más.
Mi padre ya no podía con el trato de mi madre: ya no era ella.
Empezaron las peleas con él también, cualquier cosa era motivo de discusión.
Papá y yo no sabíamos que hacer, y a medida que iba creciendo, las exigencias crecían. Jamás era lo suficientemente buena, bonita, delgada, con clase. Me estaba destruyendo.
Gracias a mi madre, mi padre se fue de la casa. Estaba sola en ese infierno, no podía entender como él me pudo haber dejado…
Ya no sabía qué hacer, mi padre no respondía mis cartas, estaba sola en el mundo con una madre, que en vez de madre, era un demonio.
Empecé a pensar en formas de cómo escapar de esta cárcel, sólo se me ocurria suicidarme.
Una vez lo intenté, ya ni podía más. Una noche me robe una botella del bar de mi padre, y al darme cuenta ya me la había bebido toda.
Me sentía mal, y como que todo lo que pasaba, me llegaba claramente, cada vez me deprimía más. De pronto ya no era una botella, sino tres.
Y al aumentar el alcohol, aumentaba mi depresión. De repente encontré unas pastillas para el dolor, debido al baile, y como que todo fue claro. No lo había terminado de pensar y ya me había tomado medio pote de pastillas. Al cabo de unos minutos de sentía a morir, y sentía que no era la solución. Estaba arrepentida y no sabía qué hacer. Quería retroceder el tiempo. Pero qué podía hacer, llame al 911, mi madre, hipócrita como siempre, se hacía la desentendida ¨no me imagino por qué hizo eso¨.
Les dijo a todos que me estaba volviendo loca porque mi padre se había ido con su amante. Yo no estoy loca, la loca es ella.
Todavía no se qué hacer, tengo 17 años y sigo sin tener amigos, vida, nada, sólo una madre que quiere que baile todo el día.
Mi padre aún no me responde. Ojala alguien pudiera entenderme, todo sería tan diferente.

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